Buen apunte @Pau.
Seguro que la mayoría estamos ahorrando ahora, pero algunos lo hacen de forma involuntaria.
Sobra algo de dinero a final de mes y como no hay donde gastarlo, se ahorra.
Pero lo importante es consolidar este hábito y que se convierta en una conducta consciente. Y no a final de mes, sino al principio.
Para ello basta con seguir unos consejitos de los que ofrecemos en nuestros talleres de Educación y Planificación Financiera.
El primero es aceptar que todo el que percibe ingresos puede ahorrar. Si no puede ahorrar 500€, podrá 100€ y si no 20€ o incluso 10€, pero definitivamente quien tiene ingresos puede ahorrar y quien puede ahorrar también puede invertir.
Lo primero que haremos es modificar el orden de ciertos conceptos para incluir el ahorro como un gasto más. Ahorrar a final de mes es muy difícil sobre todo para quien va “justito", pero si el ahorro es el primer “gasto” del mes, notaremos una gran diferencia.
Al modificar el parámetro ingreso/gasto/no ahorro, por el de ingreso/ahorro/gasto, las cosas se ponen mucho más facil
Respecto a la gestión de los ingresos, propongo una “píldora de sabiduría” elemental en planificación financiera doméstica, y os aseguro que quien práctica estos consejos tiene una economía saneada y se dirige hacia la independencia financiera.
En el escenario ideal aplicaríamos esta estrategia antes de independizarnos, pero si eso ya ocurrió, deberíamos aplicarla antes de endeudarnos con hipoteca, obligaciones familiares, etc… Y si para esto también llegamos tarde, solo queda sacrificarse un poco y suavizar los porcentajes en los que vamos a distribuir ingresos, ahorro y gastos.
Vamos a por ello.
Imaginemos 6 “cajitas”, “botecitos” o “sobrecitos” o partidas presupuestarias.
A cada partida destinaremos un porcentaje de los ingresos y siempre será siempre el mismo. Con más ingresos se incrementará la cantidad de cada partida y si los ingresos bajan todo baja, siempre en la misma proporción que los ingresos, crezcan o se reduzcan.
Por ejemplo. Una pareja que cuenta con ingresos de 2000 € mensuales y está pensando en independizarse, deberá imaginar sus 6 cajitas o partidas.
La 1ª partida, debe estar separada de las demás y la llamaremos (IF) o independencia financiera.
Esta es con la que nos pagamos a nosotros mismos y en ella podremos el 10% de los ingresos mensuales (200€) que no se deberán tocar en muchos, muchos años. A largo plazo esta cajita nos llevará a la independencia financiera. Lo ideal es que esté fuera del circuito bancario y sus aportaciones deben invertirse en renta variable diversificada globalmente, para obtener una buena rentabilidad.
El 90% restante (1800€) lo distribuiremos en las otras 5 “cajitas” que pueden gestionarse con productos bancarios. Que remedio.
A la 2ª la llamaremos (GF) gastos fijos y pondremos el 65% (1170€). Debemos acostumbrarnos a vivir con esa cantidad para hacer frente a los gastos fijos (alquiler o hipoteca, alimentación, luz, agua, teléfono, ropa, etc…)
Tal vez para algunos resulte complicado vivir con el 65%, pero no lo será para los que lo hagan desde su primer salario.
Quien no pueda vivir con el 65%, deberá procurarse una fuente de ingresos complementarios o reducir el resto de partidas, pero no eliminarlas. Al cabo de un tiempo prudencial irá viendo que ciertos gastos se pueden reducir.
En la 3ª denominada (FE) Fondo de Emergencia, pondremos un 10 % (180€) al mes hasta alcanzar una cifra que sume entre 3 y 6 veces los gastos mensuales (1170x5=5850€). Esta cajita puede estar en una cuenta corriente y aunque no de rentabilidad, no importa. Su misión es atender a imprevistos. Pero ojo. Una vez alcanzada la cifra deseada, podremos destinar este porcentaje a gasto o a otras de las partidas hasta que surja una incidencia y se reduzca el capital. Entonces volveremos a ahorrar hasta reponerlo de nuevo.
A la 4ª partida la llamaremos (FCP) Formación y Crecimiento Personal y pondremos otro 10% (180€) que habrá que consumir en formación, lectura, conocimientos, etc… “Vaciar los bolsillos en formación para que la formación luego llene los bolsillos”.
En la 5ª, (PA) o Premios de Abundancia, pondremos otro 10%, (180€) que gastaremos cada mes y sin excusas en Ocio. El ocio moderado nos motiva para seguir trabajando y conseguir esa independencia financiera que buscamos.
Y por último, la 6ª cajita, que no es obligatoria pero si recomendable, se llamará (D) de Donaciones, donde pondremos un 5%, (90€), por dos motivos fundamentales. Donar a una causa con la que estés comprometido, te hace sentir bien, pero además desgrava impuestos.
Siguiendo estas recomendaciones, cubriremos gastos, tendremos un colchón para evitar endeudarnos indebidamente con tarjetas de crédito, créditos personales, etc., mantendremos un progresivo crecimiento personal, sin olvidar el ocio y seremos solidarios, aproximándonos cada vez más a la Independencia Financiera.
Hasta ahora sólo hemos hablado de ahorro, pero ¿que pasa con la inversión?
Es muy importante tener en cuenta que la mayoría de las partidas pueden gestionarse en el circuito bancario, pero la 1ª, la de la Independencia Financiera, la que usamos para pagarnos a nosotros mismos, debe estar fuera del circuito bancario, para impedir acceder al ahorro a largo plazo si no es muy necesario.
No hablo de secuestrar el ahorro como hacen los planes de pensiones (nada recomendables, por cierto) sino de mantener el ahorro protegido de la impulsividad que tanto perjudica al inversor inexperto.
Este ahorro debería invertirse en productos que cumpla los 5 principios del Pentágono de la correcta inversión. Seguridad-Liquidez-Rentabilidad-Inflación-Fiscalidad.
Lo ideal es un “seguro” de ahorro PÍAS, “liquidable” desde el primer año, “rentable” porque supera con creces la “inflación” y con la mejor “Fiscalidad” que deja libres de impuestos aportaciones y plusvalías.