El MOEX (bolsa de Moscú) ha caído un 40%. El rubo vs dollar lo mismo, y con las sanciones económicas que pondrá occidente aún más.
Ahora bien, el resto de las bolsas tampoco están en un buen momento (aparte de la guerra en Ucrania).
Sinceramente, sin querer ser catastrofista, estoy preocupado por el futuro cercano al que deriva el mundo. Os pongo una cita de Claudi Pérez:
El peor de los escenarios era un ataque masivo por distintos flancos, sobre objetivos militares e infraestructuras. El mundo ha amanecido esta madrugada con ese movimiento por parte de la Rusia de Vladímir Putin, acompañado de música de Wagner. El presidente ruso ha optado por acompañar los bombardeos con una retórica en la que habla de “nuestras tierras históricas”, en relación con Ucrania. Los redobles de tambores bélicos siempre apelan al espectro invisible de la historia, siempre. Dos meses después, las advertencias de la OTAN y de EE UU se cumplen con brutalidad, con una guerra a gran escala a las puertas de Europa. El próximo movimiento es una batería de formidables sanciones por parte de Occidente a la altura de ese desafío, que va a acabar de un plumazo con las dudas de Italia, Austria, Hungría y las que podían quedar en Alemania después del giro que supuso paralizar el gasoducto Nordstream 2. Esas sanciones durarán años. Buscan ahogar financieramente a un país que tiene cabezas nucleares pero también una economía con un PIB similar al español.
Pero difícilmente esas medidas van a disuadir a Putin. El objetivo es minar el apoyo ciudadano del presidente ruso, según los analistas. La respuesta bélica occidental difícilmente estará a la altura de esas sanciones. Estados Unidos y Europa van a armar a Ucrania y van a apoyar a Kiev con dinero fresco, después de la inyección reciente de 2.600 millones, pero es improbable que vayan más allá; esta tarde despejará esa incógnita el presidente norteamericano, Joe Biden. Frente al apoyo occidental de Kiev, Moscú puede contar, en principio, con China, aunque también eso puede estar en el aire en función de los acontecimientos. Las sanciones provocarán también una respuesta rusa: probablemente controles a la exportación de alimentos y materias primas, y quizá cortes de gas, aunque eso está por ver; casi todo está por ver en estos momentos.
En el fondo, eso no es ahora lo esencial. Lo esencial es esa primera agresión injustificada en suelo europeo desde hace 80 años. Y la guinda del tremendo crescendo de los tres últimos lustros: dos grandes crisis económicas, una pandemia brutal y un momento populista en medio mundo (los Trump, AMLO, Bolsonaro, Orbán e tutti quanti) que ahora palidecen al lado de esta guerra. Escribía Thomas de Quincy en La invasión de los tártaros que, llegados a mitad del camino que se habían dispuesto a recorrer y conscientes de la magnitud de los sacrificios que les aguardaban, los bárbaros a las puertas de Europa tenían tantas razones para seguir como para volver atrás. Putin ha decidido seguir adelante y mete al mundo en una ratonera de tintes nihilistas. Nihilismo es destruir lo existente sin saber con qué sustituirlo. En esas estamos. Aunque tal vez Putin no tenga nada de nihilista y sepa exactamente con qué quiere sustituirlo.
Dicho esto, yo no voy a sacar mis fondos indexados pero sí que voy a aumentar mi fondo de emergencia disminuyendo mis aportaciones. Creo que no es el mejor momento para estar en bolsa ahora mismo, hay demasiado riesgo… mis posiciones son pocas, ya que hace un par de meses tuve que sacar para comprar un piso y mi fondo de emergencia “solo” me cubre 6 meses de gastos ahora mismo. Voy a ir subiéndolo y ver cómo evoluciona todo esto.
Evidentemente cada caso particular es un mundo y sí, histórica, lógica y fríamente lo mejor es mantener todo como está, pero yo al menos prefiero sacrificar algo de rentabilidad para disminuir todo este potencial riesgo que existe actualmente (y dormir tranquilo).
Muchos pronósticos vaticinan que, en general, la bolsa caiga este año entre un 30 y un 50%. Llevamos un 12% de caídas en lo que llevamos de 2022… Por lo que prefiero no correr tanto riesgo y cargarme para entrar más tarde (y si no sucede, pues prefiero sacrificar esa rentabilidad que correr el riesgo).