Ahora que vivimos una época “dorada” y de bastante hype con las criptomonedas, he pensado en traer mi historia de antes de crear Balio. Sobretodo para dar una visión de lo que viví desde dentro hace unos años.
Estuve colaborando con varias fundaciones de criptomonedas, sobretodo la de NEM (XEM), que suele estar en el Top20 por capitalización. Me entrevistaron hace un tiempo donde cuento detalles que están a la orden del día otra vez (lo del traje es cosa del pasado ):
Mi opinión personal como resumen:
A favor:
Activo descorrelacionado con el mercado dentro de la cartera.
Adopción pequeña a nivel global.
Solo el marketing de la marca Bitcoin ya tiene cierto valor a nivel de marca.
Su viabilidad es independiente de los estados o empresas.
En contra:
Alta correlación: Un solo activo, Bitcoin, mueve el mercado cripto entero (por el momento) y arrastra al resto de altcoins.
Activo especulativo/refugio como las materias primas (en contraposición con activos que tienen producción y horas/trabajo detrás).
Aún no se puede ir al super a comprar con criptomonedas (caso diferente es usar una tarjeta que haga el cambio a Fiat).
Al final cualquier pronóstico sobre este tema es puro azar, aplicando la máxima de:
Solo sé que no sé nada
Por eso diversificar parece una alternativa razonable.
Yo llevo escuchándolo desde 2017, pero parece que los reguladores no lo están poniendo fácil.
Durante la última carrera alcista del Bitcoin, múltiples empresas intentaron lanzarse al plato, con al menos nueve entidades presentando propuestas para un ETF de Bitcoin ante la SEC, incluidos los gigantes de los fondos cotizados VanEck y Direxion, así como Gemini, la empresa de servicios de criptomonedas fundada por los gemelos Winklevoss.