Cosas que deberías saber antes de ir a hablar con tu asesor

Bueno.

Todo un manifiesto de malas experiencias, en las que los “no profesionales”, buscan resultados inmediatos, y como no los obtienen, culpan a cualquiera, menos a sí mismos. Un clásico.

"No me fío de los asesores, (o no quiero pagarlos), así que busco soluciones por mi cuenta, contrato lo que no debo y donde no debo, el resultado, lógicamente es malo y la culpa es de todos, menos mía y de mi mala gestión.
Entonces busco asesores gratuitos, y me voy a la banca, donde un comercial a sueldo se identifica como asesor y me vende lo que la entidad le ha dicho que venda. Una vez más, la culpa es de todos, menos mía y de mi mala gestión.
Por último, decido hacerme autodidacta, visitó foros como este, donde se acritica todo y solo se recomiendan fondos indexados, crítico a los expertos con los que no cuento y a los que no escucho. Si el resultado no es bueno, no pasa nada, el largo plazo es así. Y si el resultado es bueno, soy genial y me permito redactar artículos donde crítico a los expertos. "

Como veis, lo menos importante aquí no es si yo me doy por aludido, que no es el caso, sino el cacao mental qué se está cociendo.

Yo no me identifico como asesor, sino como consultor financiero Nivel 2, especializado en seguros de inversión IBIP. Unit Linked Prima Única, Prima Periódica y PIAS. También Rentas y Planes de Pensiones, aunque en este último caso, me dedico a buscar soluciones alternativas y a salir de ellos.

Tengo más de 500 clientes directos, que crecen exponencialmente y por recomendación de unos a otros. Mantengo una permanencia del 98% y todos los clientes están satisfechos de mi a asesoramiento, gestión, y de los resultados que obtienen.

A mi entender, (y así lo hago yo) un asesor financiero debe estudiar el perfil del cliente, presentarle soluciones y acompañarle en el proceso de ahorro/inversión hasta el momento en el que quiera disponer de su dinero. Lógicamente debe percibir remuneración, y si es posible, como parte de los resultados.
Eso genera una fusión cliente/asesor/gestora, que hace que los resultados sean excelentes y que la relación permanezca muchos años.

En mi caso, solo trabajo con productos súper regulados y gestionados por las aseguradoras más solventes del mundo, que no utilizan letra pequeña. Y si la hubiera, me esmero en explicarla.

Percibo mi remuneración en concepto de comisión, que abonan las aseguradoras. Esta comisión es un porcentaje único del coste de contratación de cada producto, y un porcentaje vitalicio de la comisión de mantenimiento que la aseguradora cobra al cliente cada año.
Se puede decir que “me caso” con mis clientes de por vida, y ambos nos beneficiamos de la gestión de las aseguradoras.

Las comisiones o costes asociados a los productos que ofrezco , nunca superan el 1 % anual, para el cliente, lo cual me parece bastante ajustado.

En este artículo, veo una preocupación obsesiva por el hecho de que un asesor perciba comisiones por su trabajo y me pregunto si quien crítica está circunstancia, trabaja gratis.

Tal vez no hayáis caído en la cuenta de que la comisión es la forma más justa de remuneración, porque está directamente relacionada con los resultados. Si una de las partes falla, o no está satisfecha, se suspende la relación y tan amigos.

En todo negocio deben beneficiarse todas las partes que intervienen. En nuestro caso, el mayor beneficio debe percibirlo el cliente, después la aseguradora y por último el asesor. En mi caso, la fusión es tan buena, que como ya dije, la ratio de mantenimiento de clientes, es del 98%.

Creo que este artículo se basa en pocas y malas experiencias personales. Culpáis a los asesores, pero habláis de COMERCIALES de banca, incluso de algún que otro amigo personal que te vendió “su libro”.

Y ahora se sincero “profe”. ¿Has mantenido alguna inversión más de 5 años?

Si no lo has hecho, no me parece prudente que culpes a nadie de tus resultados, cuando es evidente que el error está en la impaciencia, y en la falta de experiencia.

Date una oportunidad. Contrata un producto con asesoramiento y mediación, correctamente diversificado, que te permita hacer aportaciones periódicas y programadas, que te asegure buenas condiciones fiscales, y mantenlo más de 10 años. Cuando hayas cumplido esas premisas, volvemos a hablar y me cuentas tu experiencia, pero mientras tanto, te sugiero que bajes un par de peldaños del pedestal al que te has subido. Sin acritud.